Desde el inconsciente taladro realidades con la razón empinada hacia el precipicio. Nada es fortuito y todo se distiende presuroso ante la mirada inquisidora. No es cierto que existen los caminos sin escollos. Cansancio marginal de vacíos, que rinde tributo al escrito sesudo que duerme en las páginas de una historia inombrable. Batallas de los sentidos prestos al bullicio, al alcohol a los fantasmas de los caminos, deambulantes en la geografía del circulo cruel de soledades pobladas. Me hunde la certeza en la nada, de esta temporalidad avasallante que encierra un espectro de mi yo condicionado, que envejece en el presente a destiempo . Desilusión desencajada que tropieza con el vaso de la culpa, incrustado en los moldes duales de la homegeniedad reinante.
© Eddy Ulerio
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